martes, 14 de agosto de 2012

Cuatro

Hoy no te esperaba, ni siquiera sentí la urgencia de buscarte pero mi ojos notaron tu presencia y mi mirada fue directa a ti, como si tu propia imagen fuese un imán que atrae fuertemente mis sentidos. Te vi y la excusa de necesitar un bolígrafo para escribir no era más que eso: una excusa para acercarme a ti.

La búsqueda del bolígrafo perdido resultó ser un fracaso pero no importaba, pues yo tenía varios en la taquilla y mi misión de verte ya la había cumplido. Entonces me fui. Subí las escaleras, llegué hasta el pasillo, lo crucé completamente, fui hasta mi taquilla, cogí lo que necesitaba, me di la vuelta, -de nuevo- atravesé lentamente ese pasillo y, antes de llegar al final, apareciste allá por el fondo, viniendo de las escaleras. Nos cruzamos.

Menuda sorpresa al verme con dos bolígrafos en la mano. 'No, si era por no subir...' te dije, con mi mejor sonrisa.

2 comentarios:

  1. Los nevios y la ansiedad....nos traicionan :) es parte de la vida... pero nada es casualidad.
    Un abrazo para ti nueva amiga.
    mar

    ResponderEliminar
  2. Na hay excusa mala para cruzarte con esa sonrisa que da la vida :-)

    ResponderEliminar

Eres libre de comentar lo que quieras siempre y cuando haya respeto. Muchas gracias por tus comentarios.