lunes, 13 de agosto de 2012

Tres

Sentada en el mismo sitio de siempre, observo a través del ventanal el vacío que me rodea esperando, pacientemente, por si acaso aparecieras como tantas veces habías hecho. Pero no lo harás. Al menos, no hasta el viernes y aún siendo lunes miro al horizonte esperanzada, con media sonrisa en el rostro, esperando todo lo que el tiempo me permita.

Si pasan varias personas, espero a que, al menos, una de ellas seas tú. Pero no lo eres... y todavía sigue siendo lunes; aún queda mucho hasta el viernes y yo no sé si seguir esperando (im)pacientemente o avasallarte a llamadas telefónicas. Porque no imaginas lo que me importas, me gustaría saber si en este momento estás bien.

Nunca antes me había costado tanto sostener mi teléfono móvil. Escribir algo para después borrarlo sin llegar a enviarlo y no atreverme a darle a la tecla de llamada son cosas que hacía mucho tiempo que no me ocurría y ya ves, menuda estupidez, pues quizá tampoco sea para tanto.

No apareciste. Tampoco lo harás mañana. Ni siquiera sé a ciencia cierta si el viernes volveré a verte.

1 comentario:

  1. Y quizás en otro banco parecido, en otro lugar, yo también he estado esperando intentando escribir un sms que borro una y otra vez y pensando si llamar o no...

    A veces los días pueden ser eternos mientras se espera, sobre todo cuando no sabes si habrá una próxima vez...

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